domingo, 2 de marzo de 2014

"El per què de tot plegat"



Durante todo el viaje, nuestra ruta se ha ido dibujando día a día. Cuando salimos no sabíamos muy bien por dónde pasaríamos. Solo había tres premisas claras: huir del frío, estar en los paises Nórdicos a finales de julio y cerca de Grecia en diciembre. Lo que pasaría después de navidad ya se vería. La primera premisa la hemos cumplido. Se podría decir que hemos hecho un viaje de primavera-otoño-primavera. Sólo hemos pasado calor exagerado tres o cuatro días y frío considerable una semana más o menos. La segunda premisa nos la tuvimos que saltar por cuestiones de tiempo, pero también, y quizás sea la principal razón, por motivos económicos. Y la tercera, casi la cumplimos. No fue Grecia, sino Turquía, y también por motivos económicos.
Y es que han sido varios los factores que nos han ido haciendo girar el timón hacia aquí o hacia allá. Una visita, un "me haría ilusión", un frente lluvioso, un "mira tú, si tal sitio está aquí al lado", un mal rollito, un buen rollito...
Cuando pasó la Navidad, como suponíamos, ya teníamos clara hacia dónde seguiría la ruta. Nos íbamos a Marruecos, el país de Nasreddin, un cuento del Teo. Europa en enero y febrero nos resultaban aun frías. La ruta más cálida, bordeando el mar, ya la habíamos hecho hacía pocos años. En Marruecos en cambio empezaría a eclosionar la primavera. Después de haber estado en Turquía teníamos la sensación de que no nos resultaría extraño vivir por ahí un mesecillo. Y es que además a los dos nos encanta.
Teníamos que cruzar Grecia lo más rápido posible, costear Italia por el oeste, parar en Roma a reponer fuerzas y seguir hasta Livorno o Génova para coger el ferry que en cuatro días nos llevaba hasta Tánger. Estaba clarísimo. Después de Marruecos, según el tiempo que nos quedara, subíríamos hasta Catalunya por Andalucia o dando una vueltecita por Portugal.

Cruzamos Grecia en 4 días, pasamos a Italia por mar, y entonces, un nuevo imprevisto hace tambalear los planes. Era el imprevisto más imprevisto que pudiéramos imaginar. Vamos, una invasión de extraterrestres hubiera sido más creible para nosotros que esto.

Cuando volvimos de Barcelona yo volví a recaer en esa gripe que había tenido en navidades. Era como un virus estomacal de estos, con mal cuerpo, inapetencia... Pero esta vez era más rara, porque además tenía salivera todo el rato, y me daban asco algunas comidas, y me molestaban los olores, y de pronto se me habían quitado las ganas de fumar y de tomar té. ¡Mi té! Los que me conocen saben que no soy nadie sin mi té... ¿Virus estomacal? ¡Ja! Es verdad, no hay que ser muy listo para darse cuenta de lo que estaba pasando... Súmale a ésto que ya hacía como dos semanas que me tenía que haber venido la regla... ¡No era un virus! Era un polizón que se nos había colado en Turquía. Debimos poner una cara muy rara cuando vimos las dos rallitas en el test, porque el Teo no sabía si tenía que reirse o salir corriendo. Y es que, de verdad, ¡no podía ser! Ahora entiendo algunas cosas de la Biblia...

En principio los planes continuaban adelante, solo era necesaria saber cuándo tocaban las pruebas más importantes y hacrlas allí dónde estuviésemos. Gracias a Daniela, nuestra ángel de la guarda, nos pusimos en contacto con la comadrona y nos dijo que la prueba más importante era el triple screening, una combinación de ecografía y analisis para calcular la probabilidad de Síndrome de Down y ver si hay alguna malformación. Con un poco de suerte lo podíamos hacer en Italia. Pero no hubo suerte y las fechas coincidían con la estancia en Marruecos. Mmmm... La seguridad Social nuestra no tiene cobertura allí y, la verdad, tampoco me hcía mucho tilín meterme con médicos en este pais. Podríamos reducir un poco el tiempo en Marruecos y entrar antes a España. Pero tendríamos que quedarnos al menos dos o tres semanas para tener los resultados...
Cuando las soluciones son tan complicadas es porqué hay una mucho más sencilla que estamos pasando por alto. Estaba claro, volvíamos a Catalunya. Era el mejor motivo del mundo para volver antes de tiempo. Nos fuimos 4 en la Mestral y volvemos 5 ¡Traemos el mejor souvenir que nadie se pueda imaginar! Abriremos la cajita en septiembre.


Y el viaje continua. ¡Siempre continua! Ahora estamos en Tortosa, en el Coll de l'Alb, haciendo un Helpx al ladito de casa hasta que encontremos un lugar propio. Yo, despacito y buena letra. Este embarazo no está siendo tan fácil como el de Teo, pero no me puedo quejar. Espero que en el próximo trimestre la cosa mejore.

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