jueves, 26 de septiembre de 2013

Nos vamos de la República Checa. Konec!

El sábado pasado dejamos la casa de Vanovice y nos fuimos hacia la frontera con Eslovaquia. En un principio íbamos a quedarnos dos semanas, pero está haciendo más frío del que nos imaginábamos y tenemos que darnos un poco de brío para ir hacia el sur. Tenemos que confesar que al principio no nos encontramos muy a gusto en este sitio.

 Una nueva casa con normas diferentes, hábitos diferentes y costumbres no siempre compatibles con las nuestras. Al principio no nos pareció un sitio muy acogedor. Sentíamos que pasaban un poco de nosotros. La manera que tenían de criar a los pequeños de la casa tenía poco que ver con la nuestra. Siempre había gritos, llantos, chantajes, miedos y más de una colleja de “por si a caso”. Yo no tenía ninguna tarea asignada y iba pululando por la casa mirando como jugaban los peques. Me ofrecía para ayudar en la cocina o con cosas de la casa, pero siempre me decían que no. Un par de días recogí manzanas y nueces y otro par barnicé unas bigas. Pero poca cosa más. Raúl fue el encargado de ganarnos las garrofas cortando leña, trasladando runa, barnizando la mayor parte de las bigas de la buhardilla. Casi nunca comíamos todos juntos y la cena nos la teníamos que apañar nosotros. Por otra parte, el tiempo no acompañaba. Prácticamente todos los días llovió y hacía mucho frío. No podíamos salir a dar una vuelta, aunque para Teo no era ningún problema. Se pasaba gran parte del día viendo dibujos checos en el ordenador y cuando no, estaba jugando con los miles de coches y excavadoras que tenían Felix y Vitek.



Pero a medida que fueron pasando los días nos fuimos acostumbrando los unos a los otros y creo que todos nos sentíamos más a gusto. El último día pude charlar un ratito con Kate mientras pelábamos manzanas. Me explicó que todo lo que sabe de la cocina lo aprendió de su madre, que a su vez lo aprendió de su abuela, y eso es algo muy común en todas las famílias. Saben un montón sobre setas, bayas y cómo conservar los alimentos. Cuando salen a pasear llevan siempre una cesta y nunca vuelven del bosque con ella vacía. Con cada generación se amplía la lista de conocimientos. En cierto modo nosotros contribuimos humildemente en esa ampliación. Encontramos rovellons y ellos no tienen costumbre de cogerlos. Ahora ya conocen una seta más.
Con este Helpx hemos aprendido que necesitamos un tiempo de adaptación y aclarar un poco más las condiciones cuando hacemos la solicitud de acogida. Para el que acoge tampoco debe de ser fácil. De un día para otro prácticamente se duplica el número de personas en la casa, y no es un hostal en el que tienes las normas escritas en un papel. Es de agradecer enormemente que alguien esté dispuesto a abrirte las puertas de su casa sin conocerte y eso es algo que nunca tenemos que olvidar cuando hacemos este tipo de voluntariado.
Asi que, sobre todo, sobre todo, gracias, Kate, Pavel, Felix y Vitek!!!


Y como curiosidades que hemos encontrado en el pais, primero, los dibujos checos. Yo recordaba vagamente unos dibujos raros y a mi hermana diciendo “seguro que son checos”. Pues sí ¡son raros de cojones! Incluso dan susto... las imágenes, las músicas, las historias... También nos ha llamado la atención la cantidad de tiendas de segunda mano. Si yo estaba contenta con mi anorak de 7 €, flipé cuando Raúl se pudo comprar una chaqueta guapísima por poco más de un euro. Kate me enseñó las tiendas que había en la ciudad y en algunas los jueves había precio especial. Casi todo a 30 coronas ( 1'20€) pero también algunas cosas por 40 o 80ct. Espero que empiecen a proliferar pronto estas tiendas por nuestras tierras. Y en general, la sensación de orden en las calles. Tal vez no es tan chic como en Francia, ni, repitiendo las palabras de nuestro amigo Dani, tan asquerosamente perfecto como Suiza, pero no hemos visto ni un papel por la calle. Ah! y una cosa más:¡ las patatas están muy buenas!

Ahora estamos ya en Eslovaquia. Pasamos fugazmente por Polonia para poder ir a las montañas de Tatras (nos ha ido bien para gastar los pocos zlotys que nos quedaron). Son preciosas, pero no nos hemos quitado la lluvia de encima y no se puede ver nada. Hoy ha salido un poquillo el sol y hemos visto algun pico nevado. Vamos camino a Budapest. Ya seguiremos contando...

PD: He publicado esto deprisa y corriendo, asi que la próxima vez que pueda conectarme lo revisaré y ondré más fotos, vale?

martes, 17 de septiembre de 2013

Un paseo por la República Checa


     En nuestro paso por la República Checa para ir de una casa a otra hemos hecho unas 5 paradas. La primera fue de casualidad en Jcin, una pequeña y bonita ciudad que se ha autoproclamado capital de los cuentos. Al parecer allí nació el dibujante de unos famosos dibujos checos. Justo el día antes que llegáramos se había celebrado el festival internacional de los cuentos. Ya es mala suerte...
     Después paramos en Praga un par de días. Queríamos hacer una visita el día que llegamos por la tarde, pero se puso a llover y nos tuvimos que quedar en el cámping. Al día siguiente dimos una vuelta por la zona antigua siguiendo las recomendaciones del Alberto (¡gracias, guapísimo!).
     Después de Praga paramos en Kutna Hora, conocida por tener una capilla en el cementerio decorada con huesos. Al parecer en el siglo XV tuvieron que desenterrar los huesos de la fosa común y le dijeron al encargado de turno que hiciera lo que le pareciera. Y así lo hizo. En un arrebato de creatividad y de ida de castaña empezó poniendo unas falanges por aquí, un fémur allá y acabó por hacer lámparas con caderas, columnas de cráneos y guirnaldas de tibias. Bueno, seguramente la historia no fue exactamente así, pero no tenemos uchos datos y a mi me gusta esta versión. Se calcula que hay los restos de unas 40.000 personas. Todo un espectáculo digno del día de muertos en México. Pero Kutna Hora es mucho más que esto. Para el tamaño de esta ciudad, tiene una densidad de monumentos que cuesta comprender: dos catedrales, una de ellas patrimonio de la UNESCO, tres iglesias góticas, un palacio renacentista, un museo de la plata, un museo de arte moderno y un par de cosillas más, todo muy arregladito. ¿La razón? Tenemos tres posibles motivos. Por una parte fue lugar de residencia de no recuerdo qué reyes. Por otra parte, había yacimientos de plata y finalmente, está la fábrica de Phillip Morris.
     La siguiente parada fue Havlikuv Brod, porque ya era casi la hora de comer y queríamos buscar ropa de segunda mano (aquí son muy frecuentes estas tiendas, y menudos chollos!). El pueblo no era nada del otro jueves, pero compramos un súper anorak de segunda mano por 7 euros y una bata para trabajar por 1 euro.
     Después, un par de paradas técnicas más y una parada final en Nemstat antes de llegar a la casa donde hacemos el Helpx en Letovice. Estábamos buscando un sitio para parar un poco antes de Letovice y desde una curva vimos a lo lejos algo que parecía una feria además de gente con bolsas arriba y abajo. Encontramos aparcamiento y fuimos a echar un vistazo. Resultó que había uno de los mercados de cerámica más grandes de la zona, con unas 200 paradas. La entrada valía algo más de 3 euros, pero como ya era tarde nos dejaron entrar gratis. Dimos una vuelta por las paradetas y al final encontramos una plazuela con un parque infantil y un montón de niños de aspecto jipi. Una de las paradas era de un club de 5 madres de teta y mochila y habían puesto una mesita con tizas y colores para todos los niños. Por un momento nos sentimos como en casa. Imaginamos que debía ser un Espaiet a la checa. Acabamos con un ratito del concierto de rock con clásico de ayer, de hoy y de siempre en checo.

     Y ahora estamos en Drvalovice, en una casa. No tiene nada que ver con la casa de Rafal y Agnes. Ni el sitio, ni el ambiente, ni el trabajo. Pero al menos es un techo en estos días de lluvia y Teo puede jugar con los niños de la casa.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Nos vamos de Polonia

El pasado domingo día 8 dejamos Polonia. Han sido tres semanas muy agradables. Hemos estado muy a gusto con Rafal, Agnes y Agnieska. Un entorno precioso, buena comida, trabajo sin excesos... Hemos conocido un poquito la historia del pais y los dos coincidimos en que nos ha gustado este sitio. Los últimos días la casa estaba repleta de niños con las hijas de Agnes y Agnieska y las de Natalie. Por cierto, Natalie nos regaló unas canciones de rituales chamánicos delante del fuego. Sin duda alguna, un momento mágico que nos llevamos en la maleta del corazón. ¡Gracias, Natalie!¡Y gracias a todos en la casa!
Hemos recargado pilas para continuar con nuestro nomadismo y Rafal nos ha dado algunas recomendaciones sobre la ruta que, de momento, tenemos pensada. Estar parados también nos ha ayudado a ver mejor cómo crece Teo. Ya monta en bici y empieza a coger velocidades considerables levantando los pies. Hace frases largas del tipo “¡mira, papa!¡una retodora gande allí! Mama, ¿a ti gusta?” O una de mis favoritas: “mama,¿neesita ayuya?”.
Durante el día va sin pañal y cuando tiene pipi busca un sitio más o menos discreto y alli se pone cual Manneken Pis. Solo si está en alguna actividad muy enfrascado, como viendo una peli o leyendo un cuento, se hace pipi encima. Entonces él solo se quita la ropa y nos la da. Ha sido una suerte tener una lavadora a nuestra disposición durante estos días.
También ha empezado a expresar claramente sus deseos. Un día se levantó diciendo “Yo quiero ir una playa nenes nenas” (para él una playa es cualquier extensión de agua en la que se pueda bañar) En cuanto pudimos fuimos a la piscina /spa cubierta de un hotel donde había toboganes. Después de un rato de adaptación empezó a jugar y a “nadar”.
Bueno, pondremos unas cuantas fotos, para que os hagais una idea de estos días. Cuando pueda pondré más.


 Con Daria, la nieta del carpintero


 En el campo de delante de casa


Escalando en una extracción de arcilla

 Tarde de palomitas

 El patio de la casa







Y ahora estamos en un cámping en Praga. Ayer fuimos a visitar la ciudad y de aquí un ratito marchamos. Vamos camino a Letovice, a una granja donde haremos otro helpx. Teníamos dos ofertas, pero ya hace días que el Teo tiene ganas de ver gallinas, Pilares, dice él. En esta casa hay frutales, gallinas, patos y abejas. Y niños, que para nosotros es muy importante. Si todo va bien estaremos allí el próximo domingo.

martes, 3 de septiembre de 2013

Una receta polaca

     Rafal, amante de la cocina mediterranea, nos explicó irónicamente que la cocina polaca consistía básicamente en tres cosas: patatas, col y carnes ahumadas. Muchos años de guerra y austeridad posiblemente hayan determinado ese carácter culinario, pero también hay que pensar que la gastronomía de cada país nace a partir de lo que da su tierra. Aquí el verano acaba pronto y el frío no permite que la tierra dé para mucho más si no se dispone de un lugar cubierto. Y pensando pensando se me ocurre que en España puede que nos pase algo parecido. Con una cebolla, un tomate, un ajo y algo más se hacen muchos platos, a cual mejor. De todos modos, creo que exageró, porque mirando los libros de recetas he visto cosas muy apetitosas. Y aquí os dejo una de un plato fácil de hacer que preparó Agnes. A Teo le encantó. Curiosamente no lleva ni patata, ni col ni carne.


Pierogi Leniwe

450g de mató
200g de harina
un pellizco de sal
pan rallado
mantequilla
agua
azúcar




Mezclar el queso con la harina y la sal hasta que quede homogéneo (Agnes lo hizo con la Thermomix, pero se puede hacer a mano). Formar un churro de unos 4 cm de diámetro y cortarlo en diagonal a trozos. Quedan como unos rombos del tamaño de una cajilla de cerillas.
Ir echando los trozos en una olla al fuego con agua hirviendo´y sacarlos a medida que vayan subiendo a la superfície, como los gnoquis. Mientras tanto, en una sartén fundir la mantequilla y echar pan rallado hasta hacer una especie de papilla. Remover hasta que este dorado y verter esta pasta sobre los pierogi removiendo para que queden todos impregnados.

Este plato se sirve con azúcar y crema agria. Yo me los imaginé con mermelada de tomate y creo que también estaría buenísimo, incluso con algo salado.

Y ahora viene lo que más interesante del plato. Es un primer plato o un plato principal, no un postre. Y es que, como ya he comentado alguna vez, viajar desmonta prejuicios. Siempre había pensado que un plato dulce no podía ser una comida “normal”. Al parecer es algo bastante habitual aquí. ¡La de disgustos que se ahorrarían las madres si dejaran a los niños comerse las natillas antes de la sopa! Bien pensado, al fin y al cabo, todo se mezcla una vez dentro...


domingo, 1 de septiembre de 2013

Primer fin de semana el Polonia

     Este fin de semana pasado teníamos fiesta. Hacía mucho tiempo que no teníamos dos días de no-trabajo. Para mí, desde que dejé la escuela nunca había mucha diferencia entre un martes y un domingo, y para el Raúl, los dias que no trabajaba de rural, trabajaba en la auto. Agnes nos habia dicho unos cuantos pueblos no muy lejos de aquí que podía estar bien de visitar, ya fuera por la arquitectura o por los impresionantes paisajes de alta montaña. Pero la verdad es que una vez levantados el sábado a mi me dio pereza nada más pensar en coger la auto y hacer carretera. Así que decidimos ir a Jelenia Gora, a unos 10 minutos de la casa.

Hacía un día radiante, ideal para pasear tranquilamente. La ciudad está llena de edificios bonitos que si algún dia se restauran conseguiran darle a este lugar el aire señorial que se intuye que un día tuvo. 





Fue muy agradable dar una vuelta sin tener que preocuparns en buscar un sitio donde dormir. Fuimos a comer una pizza y luego nos tomamos un helado por el casco antiguo. Cuando marchábamos para la auto pasamos por delante del cine. A las 4 empezaba la película “Samoloty”, Aviones, de Pixar Disney.
 
¿Y si entrábamos? Por fuera era un edificio antiguo sin mucho que pero por dentro me resultaba encantador. La porteria del edificio se había convertido en taquilla y un sillon reciclado era la sala de espera. El cuadro lo completaba una máquina de palomitas de las de la feria y una nevera de bar pequeña con cuatro refrescos. Y por supuesto, la taquillera se encargaba también de las palomitas. Cuando le pedimos las entradas nos miró con un gesto raro y nos dijo algo que no entendimos. Entonces llamó a un chico joven, que debía ser el acomodador y el que se encargaba de la proyección. Hablaba un inglés perfecto y con cierto pesar nos dijo lo que ya sabíamos: “ I'm sorry, this film is in Polish” Bueno, los dibujos favoritos del Teo son en japonés o mandarín, aún no lo hemos descubierto, y nunca ha parecido que le importara demasiado.
 Además estábamos hablando de una peli de Disney, no de una de David Lynch.  El argumento de estas películas no suele ser demasiado complicado... ¡Guau! ¡La primera peli del Teo en el cine y en polaco!


Efectivamente el argumento no tenía ningún secreto. Era lo mismo que “Cars” pero en aviones. No os la cuento por si queréis ir algún día a verla, jeje...


Y el domingo fue un día totalmente dominguero. Nos quedamos en la casa, preparamos una paella y fuimos a dar una vuelta por los alrededores. Cenamos y prontito a dormir.